
Beneficios
Experiencia laboral real: Los estudiantes adquieren habilidades prácticas
en un entorno real de trabajo, lo que mejora su empleabilidad una vez que finalizan sus
estudios.
Mayor vinculación con el mercado laboral: El contacto directo con las empresas aumenta las
oportunidades de empleo, ya que los estudiantes son formados según las necesidades específicas de
las industrias participantes.
Desarrollo de competencias transversales: Además de las habilidades técnicas, los
estudiantes también desarrollan competencias como el trabajo en equipo, la comunicación y la
resolución de problemas, lo que les da una ventaja en el mercado laboral.
Reducción del desempleo juvenil: Este tipo de formación ayuda a reducir la brecha entre la
oferta educativa y las demandas del mercado, facilitando la inserción laboral de los jóvenes.